La serie BAD ROMANCE Hola mis...
leer másSoy solo una chica, si parafraseo Nothing Hill, buscando contar historias y que otros las disfruten tanto como yo. Empecé a escribir a causa de un corazón roto y hoy puedo decir que fue lo mejor que me pudo pasar. Mi género favorito es el policíaco, el misterio, el thriller… soy serie adicta, cinéfila y adicta a los superhéroes. Melómana, amante de la poesía y algo bohemia. No tomo café y no veo en 3D.
Y el amor de mi vida ladra, mueve la cola y se llama Sabas.
Quién le dice que no al amor cuando llega intempestivamente, cuando encuentra el camino de regreso. Cuando se plasma como en los guiones de las películas románticas. Envolviéndote en su halo de misterio, haciendo que sientas que va a quedarse, para abrazarte, para soñar, para contarte la vida desde sus ojos, quién le dice que no al amor, cuando es amor.
«Y volví a sucumbir a él. Al narcótico de sus besos. Era una completa yonqui y lo era por voluntad. Sé que no tengo excusa, que era yo mi verdugo y que cada día estaba más hundida en la oscuridad. Pero yo lo sabía, que era como una adicta al crack que quiere dejarlo pero no sabe cómo. Porque lo sabes, siempre lo sabes, una adicción no te toma por sorpresa, no se trata de inconsciencia sino de falta de voluntad. Sabes que el veneno que te recorre las venas irremediablemente es el antídoto. Y entonces, caes en el oscuro abismo de un círculo vicioso».
—Estamos entrando al valle, señorita Carter —anunció Walter—. Quizá quisiera abrir los ojos.
Accedí a su sugerencia apenas el viento cálido me caló los sentidos, una brisa fresca y aromatizada invadió el coche y elevé la vista al campo… no recuerdo haber sentido una conexión tan profunda con ningún otro lugar menos con apenas un vistazo, pero ese valle encantado de California tenía un aire renovador, colores que llamaban a la vida y entre los espesos cultivos de lavanda silbaba una canción que me invitaba a bailar.
Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba. ¿El proceso de escribir es difícil? Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y natural con que es hecha una flor. No puedo escribir mientras estoy ansiosa, porque hago todo lo posible para que las horas pasen. Escribir es prolongar el tiempo, dividirlo en partículas de segundos, dando a cada una de ellas una vida insustituible. Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra.⠀⠀⠀⠀
No puedo soportar todo lo que me hace sentir solo con mirarme, es como si el corazón no me cupiera en el pecho, como si en realidad perdiera el aire y lo recuperara con su boca. Llevo mis manos a sus orejas, las acaricio y sonrío por lo bonito que se siente no tener el control, no pensar cada movimiento. Es contradictorio y me abisma el temor a que esto me parta en dos y me haga más daño que bien. Pero, por hoy y por este momento, quiero creer que el amor no duele, que no acaba, que no se cansa, que resiste, que es suficiente. Aunque tampoco sé si esto es amor o ganas embadurnadas en purpurina o alguna droga que me estoy tomando.
Y él se acerca, despacio, así como estoy a tope de verlo en pelis. Los labios me tiemblan y de pronto tengo sed, la boca se me hace agua y el estómago se encoge. No sé si revolotean mariposas o es el efecto del picante, pero siento un vacío, una angustia, y todo sucede a cámara lenta. Sus labios tocan suavemente los míos y enseguida aprieto los dedos de los pies. Están húmedos y resbalan en una alucinante caricia que me obliga a abrirlos como si me urgiera aspirar una bocanada de aire vital. Sus manos me toman el rostro y su cabeza se inclina a la derecha la mía a la izquierda, y allí es cuando su lengua se mueve inquieta por las comisuras de mi boca buscando la entrada, hasta que choca con la mía y el juego termina, porque ahora comienza una batalla de toma y dame. Gimo de gusto y me pego más a él, sus manos bajan por mi espalda y me atrapan el culo con tantas ganas que mis dedos se clavan en sus hombros. Él me aprieta contra su pelvis y el bulto en sus pantalones me avisa de que cierto amiguito se está despertando muy animado. Las ansias crecen y el beso es salvaje, hambriento, estoy segura de que no podría estar más mojada.
Celine tiene una conversación pendiente con el pasado y una negociación arriesgada con el futuro, en la que su corazón dirá la última palabra. Si aún queda algo para salvar en su matrimonio, el reloj corre en contra de ambos. Tal vez solo tengan unos meses para decirse adiós.
Ten cuidado con lo que reprimes, puedes terminar siendo #RealSiren
Un abismo de emociones, romance y erotismo que te sacudirá el alma.
Celine quiso ser la mejor bailarina de ballet de su generación. Probó el sabor de la soledad, que con el paso del tiempo resultó adormecedor.
Entregó su corazón porque creyó encontrar un lugar seguro, permanente, propio. Apostó lo único que tenía por amor y dejó que el azar marcase su rumbo.
Celine se vistió de dureza, se puso una máscara de superficialidad y aprendió, que el amor propio, es el único capaz de salvar. Por eso se convirtió en Real Siren.
Celine tiene una conversación pendiente con el pasado y una negociación arriesgada con el futuro, en la que su corazón dirá la última palabra. Si aún queda algo para salvar en su matrimonio, el reloj corre en contra de ambos. Tal vez solo tengan unos meses para decirse adiós.
Isa Quintín continúa el camino trazado en la serie, llega con una propuesta íntima y retrospectiva de, una más, de las oscuras caras del romance, un viaje por los caminos más tormentosos del amor. #RealSiren es el tercer libro de la serie #BadRomance y mantiene la premisa de lo que se avecina en los siguientes volúmenes.
Te invitamos a leerla, si has reprimido lo que sientes como Celine tal vez seas una #RealSiren
Siempre se le escapa decir que yo soy la que sabe mejor la historia, pero en realidad es él quien la cuenta mejor, es un poeta loco, bohemio y visceral que no sabe lo que es callarse un sentimiento, que te lee más fácil que a sus libros con solo escanearte los ojos, que apasionado es un adjetivo que se le queda corto y que una vez te cruzas con él, ya nada es igual que antes.
Estoy sumergida en la arena de una playa que no existe más que en mi cabeza, guía mis pasos el señor de esa isla que en cada latido suyo me aprisiona el corazón más fuerte contra el pecho, sus ojos me gritan su miedo y en su silencio me revela que no quiere irse, que esa isla es suya, que allí sabe quién es o al menos quién fue. No sé dónde está ubicada la isla, pero el fin del mundo parece una aproximación coherente, no tiene final ni comienzo, todavía no transito por ella, me he quedado en la orilla, viendo a las olas romperse, siguiendo el sonido del viento que me invita a adentrarme, a escuchar una historia, a tejer unos hilos. Soy una forastera en esta isla, hay un olor a canela intenso, a lo lejos una melodía, un son o quizá un danzón, una tortuga y una niña, un taller artesanal… Se abre ante mis ojos la isla y sé que ya no hay vuelta atrás.